Había una vez un niño que se llamaba Jorge, su madre María y el padre Juan. Cuando escribió la carta a los Reyes Magos se pidió más de veinte cosas, exactamente 25. Entonces su madre le dijo: - Pero tú comprendes que… mira te voy a decir que los Reyes Magos tienen camellos, no camiones, segundo, no te caben en tu habitación, y, tercero, mira otros niños… tú piensa en los otros niños, y no te enfades porque tienes que pedir menos. El niño se enfadó y se fue a su habitación. Su padre le dijo a su madre María: - ¡Ay!, se quiere pedir casi una tienda entera, y su habitación está llena de juguetes... María dijo que sí con la cabeza. El niño dijo con la voz baja: - Es verdad lo que ha dicho mamá, debo de hacerles caso, soy muy malo. Llegó la hora de ir al colegio y dijo la profesora: - Vamos a ver, Jorge, dinos cuántas cosas te has pedido. Y dijo bajito: - Veinticinco. La profesora se calló y no dijo nada, pero cuando terminó la clase todos se fueron y la señorita le dijo a Jorge que no ten